A mediados de siglo XX, en una casa del pequeño pueblo de La Canya, la familia Ventulà iniciamos el camino hacia la elaboración de embutidos. En un inicio el embutido iba destinado al autoconsumo o para compartir con nuestro círculo más cercano de conocidos y amistades.
Nuestros amigos comentaban que el embutido era tan bueno que tendríamos que ofrecerlo a más gente.
En la actualidad, exportamos a todo el mundo, manteniendo el modelo de empresa familiar, con una fuerte vinculación con el territorio y con un respeto máximo por la calidad del producto y su elaboración.
Cuatro plantas de producción y curación
Disponemos de cuatro plantas, una a más de 1000 metros de altura, las cuales se encuentran en la comarca de la Garrotxa y cada una de ellas está especializada en productos y procesos concretos.
La consolidación en los mercados internacionales y trabajar con la selección de las mejores carnes han sido los pilares que nos han llevado, a día de hoy, a tener el volumen y la capacidad productiva actual.